La nutrición en el paciente oncológico
El cáncer es una enfermedad producida por un crecimiento celular descontrolado a nivel de la división celular en cualquier zona del organismo. Los cuidados se hacen cruciales desde el trabajo multidisciplinar siendo indispensable evaluar la nutrición clínica en el paciente oncológico. La enfermedad en sí afecta a múltiples sistemas en el organismo, pudiendo influir en el apetito o la metabolización de nutrientes. Por lo que es común que incluso antes de notar que se padece la enfermedad ya se presente una disminución en el peso.
Anualmente, aproximadamente 15 millones de personas son diagnosticadas con esta enfermedad en todo el mundo, lo que la coloca como una patología común y según las cifras se encuentra en un crecimiento acorde al aumento de la población. El 80% de los pacientes descuida su alimentación tras ser diagnosticados.
Además, esta enfermedad no es la única causante de los inconvenientes nutricionales que se pueden presentar en el organismo. El tratamiento en sí provoca una disminución del apetito, problemas de la asimilación de los alimentos y náuseas.
¿Qué es la nutrición oncológica?
Recoge todas aquellas técnicas o hábitos destinados a complementar o equilibrar la alimentación de los pacientes con esta enfermedad. De forma que el avance de la patología no se vea favorecido por un descuido en la dieta.
Estado nutricional de pacientes con cáncer
Una vez que el cáncer comienza a desarrollarse, la nutrición en el paciente oncológico empieza a presentar carencias en ciertos aspectos. Esto puede ocurrir incluso antes de que el paciente sepa que tiene la enfermedad, ya que las causas no son emocionales. En cambio, los problemas metabólicos o los desequilibrios químicos que se producen pueden desencadenar en las siguientes condiciones.
Desnutrición
A menudo, una asociación errada con respecto a la desnutrición es considerarla solo como una pérdida de peso o como característica de pacientes muy delgados. En cambio, el término abarca todas aquellas circunstancias donde las necesidades nutricionales del paciente no están siendo saciadas plenamente. Para definir un cuadro de desnutrición se deben contar con dos o más de las siguientes características:
- Deterioro del estado funcional del organismo ocasionado por el proceso catabólico del organismo por la carencia de algún componente.
- Retención de líquidos: lo que a menudo tiende a confundirse con obesidad, puede retrasar que se identifique un problema mayor.
- Pérdida de peso injustificada.
- Disminución del volumen de grasa.
- Reducción de la masa muscular.
Pérdida de peso
Esta es una señal de alerta fácil de notar cuando no se ha dado la apropiada importancia de la nutrición en pacientes con cáncer. Sin embargo, como se destacó antes, la retención de líquidos puede impedir o retrasar que esta pérdida se note. Se encuentra estrechamente relacionada con la nutrición y los problemas metabólicos concomitantes de la enfermedad.
Anorexia
En este aspecto influyen tanto sensaciones fisiológicas como psicológicas. El cáncer y el tratamiento generan una marcada disminución del apetito en parte de los pacientes. Incluso el desequilibrio hormonal derivado de la enfermedad puede desencadenar en la pérdida o reducción del hambre.
Mientras, a nivel psicológico, la depresión puede causar esto o potenciar las sensaciones ya presentes. Ambos factores pueden desencadenar náuseas o una sensación de saciedad aun sin haber ingerido nada. Además de la reducción del gusto y del olfato ocasionada por la quimio o por la depresión.
Caquexia
Se define de esta forma cuando la nutrición ha alcanzado un nivel considerable al punto que se produce una degeneración muscular excesiva, perjudicando no solo los músculos esqueléticos sino el tejido propio de los órganos como el corazón. Esto genera una disminución de las capacidades físicas e incluso en algunos casos (20%) la muerte por fallo cardíaco.
Causas de malnutrición en pacientes con cáncer
Cuando se padece esta enfermedad la nutrición en el paciente oncológico no depende netamente de un solo factor, ya que el organismo es una red compleja de sistemas estrictamente relacionados. Por lo que pueden presentarse múltiples causas simultáneamente que repercuten en el bienestar del individuo. Algunas pueden deberse a la patología propiamente, otras al individuo y algunas al tratamiento que se le está aplicando.
Factores dependientes del tumor
La tumoración puede presentarse en cualquier espacio del cuerpo, ya sea en órganos, tejido blando o músculos. Cuando el tumor aparece en las vías respiratorias, en el aparato digestivo o cercano a la boca, puede afectar notoriamente la digestión porque se producen inconvenientes en el funcionamiento de este sistema o se dificulta que funcione óptimamente. Cuando esto ocurre se define como alteraciones del aparato digestivo por tumoración.
En cambio, si el inconveniente que se presenta es metabólico, ya no se debe a la ubicación del tumor sino a su comportamiento, tipología o consecuencias. Algunos tumores pueden afectar a la síntesis proteica o favorecer a la catabolización de la misma. Mientras otros aceleran la lipólisis, retrasando a su vez la lipogénesis. Además pueden desencadenar un aumento del consumo de glucosa, dificultando aún más la lipogénesis.
Factores dependientes del tratamiento
En función del tratamiento, las secuelas a nivel estomacal o intestinal son muy distintas, alcanzando zonas propias de cada tipo de tratamiento. La quimio es un método no focalizado por lo que sus secuelas pueden abarcar diversas áreas. Mientras la radio se enfoca específicamente en una zona donde se apreciaran la mayoría de sus síntomas.
Efectos de la quimioterapia
La quimioterapia, al no enfocarse en una área específica, se generalizan sus consecuencias e impactan en todo el organismo. Genera náuseas, vómitos, úlceras gástricas y hemorragias en el tracto digestivo. Además de que también afecta a la absorción de los nutrientes. Cuando se combina con radio, los efectos pueden ser incluso peores.
Efectos de la radioterapia
La radioterapia, cuando se realiza en la cabeza, puede afectar las mucosas, su actividad y dificultar la alimentación oral. Mientras que si se realiza en el abdomen, los inconvenientes que se presentan son del tipo gastrointestinales, desencadenando náuseas, vómitos, intolerancia a ciertos alimentos e incluso anorexia.
Si se realiza a nivel pélvico puede generar esteatorrea, enteritis y rectitis. Un efecto característico de este tratamiento es que favorece a que se desencadenen los procesos inflamatorios en el organismo.
Cirugía
El soporte nutricional en el paciente oncológico previo a la cirugía es de suma importancia si se esperan obtener resultados positivos. Afecta al proceso de cicatrización, la detención de una hemorragia e influyen en la respuesta inmune del paciente.
Después de cada intervención quirúrgica se corre un riesgo de desnutrición incluso en pacientes que antes no la presentaban por la reducción del apetito o la disminución de la capacidad para ingerir alimentos (dependiendo de la operación).
Bioterapia
Este es un método que no se aplica a todos los pacientes pero se ha considerado cada vez más en los últimos años por sus beneficios. Puede potenciar el funcionamiento del sistema inmune, favoreciendo a la regeneración de células no cancerosas dañadas. Pero tiene un impacto en la nutrición en el paciente oncológico, ya que genera náuseas, vómitos, mareos, dolores corporales, fiebre y fatiga.
Trasplante de células
Este tratamiento puede potenciar los efectos secundarios que tienen tanto la quimioterapia como la radioterapia en el tracto intestinal, ya que al injertar las células, el organismo del huésped puede generar una respuesta inmune ante ellas. Lo que favorece a la inflamación de las mucosas y genera una profusa diarrea.
Objetivos del soporte nutricional en pacientes oncológicos
Antes o durante el tratamiento los objetivos en la nutrición en el paciente oncológico se dividen en 3 grupos:
- Lidiar con los efectos secundarios: prevenirlos y abordar los que ya se presenten en el paciente, de forma que no afecten su alimentación.
- Complementar el tratamiento: evitando que este debilite aún más al paciente y favoreciendo su resistencia contra ellos.
- Mejorar la calidad de vida: el pilar principal del que parte toda esta rama es que el paciente padezca lo menos posible durante y después del tratamiento.
Atención nutricional al paciente con cáncer
Cada paciente cuenta con unos requisitos nutricionales propios de su enfermedad y de su organismo principalmente. Por ello existen diversas formas de abordarlas, procurando saciarlas de la forma más beneficiosa posible para cada caso.
Nutrición oral
Este es el primer método a considerar para la nutrición en el paciente oncológico por diversos factores. Es la vía más segura, no requiere de fármacos o componentes adicionales, no conlleva más costes para el paciente o su familia. Además en la mayoría de casos no suele causar efectos adversos si se realiza adecuadamente.
Se hace una intervención de la dieta por un nutricionista especializado en el área que identifique y diseñe un plan para las necesidades de su paciente. Esto puede significar incluir o eliminar alimentos, modificar la preparación de los mismos, cambiar las porciones. Siempre que el paciente no tenga ninguna condición que afecte a su aparato digestivo es el método a seguir inicialmente.
Nutrición enteral
El método de nutrición enteral es la segunda opción a considerar para la nutrición en el paciente oncológico porque no presenta complicaciones y dificultades más allá de contar con el equipo pertinente para la administración del compuesto.
Este cuenta con una cantidad de calorías y proteínas superiores a los de una dieta convencional. La mayoría de pacientes presenta una buena tasa de absorción ante esta técnica. Se aplica en casos en los que darle de comer de manera convencional no es posible.
Nutrición parental
Está destinada para casos exclusivos donde la nutrición enteral y la oral no es posible o se presentan inconvenientes en ella. En estos casos los nutrientes son suministrados al individuo vía intravenosa, por lo que no se ingieren alimentos propiamente. No es tiene riesgos especialmente pero sí presenta ciertas complicaciones por lo que se reserva a un grupo exclusivo de casos.
¿Cómo combatir los síntomas del tratamiento oncológico?
Los métodos para tratar el cáncer son sumamente dañinos para el organismo al igual que la propia enfermedad en sí. Por ello se generan múltiples síntomas desagradables para los pacientes que de no aliviarse repercuten significativamente en su calidad de vida. Cada uno de ellos se debe manejar de una forma diferente en función de su detonante.
Náuseas y vómitos
El tumor, el cáncer o los medicamentos pueden influir significativamente en el comportamiento del tracto intestinal, generando úlceras, sangrado u obstrucción intestinal que pueden favorecer a las náuseas y los vómitos, además de los inconvenientes metabólicos y hormonales que potencian. Para evitar que estos se presenten o reducir su expresión al mínimo se recomienda lo siguiente:
- Utilizar ropa holgada y evitar prendas que presionen el abdomen.
- 6 comidas al día pequeñas en lugar de 3 porciones grandes.
- Chupar frutas para evitar el reflujo o los sabores desagradables en la boca.
- Tras cada comida descansar de 15 a 30 minutos, sin acostarse.
- Beber pequeños sorbos de sopas, infusiones o bebidas carbonatadas para neutralizar los ácidos estomacales.
Diarrea
Los medicamentos que se ingieren o la localización del tumor pueden causar que la nutrición en el paciente oncológico se vea impactada por la diarrea. Esto ocurre cuando la digestión de los alimentos se dificulta y el organismo procede a desecharlos rápidamente. Para evitar que esto ocurra se aconseja:
- Hacer 6 comidas ligeras diarias, distribuirlas en un periodo regular de tiempo.
- Evitar la deshidratación e ingerir bebidas que fomenten un restablecimiento de los electrolitos.
- Comidas al vapor, al horno o a la plancha, evitar los alimentos fritos.
- Qué alimentos debe comer: purés, yogures y pescado, los cuales son de rápida absorción y no irritan el estómago.
- Qué alimentos no debe comer: verduras, hortalizas, café, alcohol y legumbres enteras.
Mucusitis
La quimioterapia y la radioterapia pueden desencadenar procesos inflamatorios en el organismo. También ciertos medicamentos que se ingieren para lidiar con el dolor irritan o predisponen las mucosas a deformarse. Incluso las defensas bajas pueden ser un detonante de este malestar.
Además, el cáncer, al influir en la síntesis de alimentos favoreciendo a la desnutrición, se presenta el déficit de vitamina A. Estos factores terminan desencadenando la inflamación de la mucosa digestiva, generando dificultad para comer o dolores al excretar. Para reducir la aparición de este síntoma es recomendable:
- Realizar 6 comidas diarias.
- Alimentos a temperatura ambiente.
- Evitar alimentos irritantes como cítricos, salados, picantes o secos.
- Enjuagar la boca con solución salina.
- Emplear un cepillo de cerdas suaves para evitar generar más daño.
Xerostomia
La disminución de la actividad de las glándulas salivales puede tener causas hormonales, metabólicas o inherentes a la zona del tumor. Además de que la radioterapia, quimioterapia y la terapia con oxígeno pueden desencadenar este síntoma.
Aunque a simple vista pareciese inofensivo, la saliva es necesaria para la correcta digestión de los alimentos. Además, al influir en la ingesta y en el ánimo del individuo, puede repercutir en la nutrición del paciente oncológico. Para aliviar esta sensación se recomienda:
- Procurar la higiene en lo máximo posible, ya que la resequedad facilita la aparición de infecciones.
- Tomar gelatina o agua gelificada al comer para que sea más fácil tragar los alimentos.
- Qué alimentos debe comer: más alimentos blandos y ricos en agua.
- Qué alimentos no debe comer: alimentos secos, irritantes o a la parrilla.
- Constantemente ingerir líquidos, chupar frutas o hielos para aliviar esta sensación lo máximo posible.
Disgeusia
Este síntoma es extensamente descrito por pacientes con cáncer y consiste en la pérdida o percepción anormal del sabor de los alimentos. Puede deberse al tumor o ser un efecto adverso de la radioterapia. En algunos casos, tras iniciar el tratamiento, puede ser causado como consecuencia de la carencia del complejo vitamínico B o zinc. Para tratar con esta sensación se recomienda:
- Evitar los cubiertos de metal.
- Reducir los olores para el paciente antes y durante la comida. Que coma en espacios ventilados, que no se acerque a la cocina mientras se preparan.
- Complementar las comidas con gelatinas o yogures para suavizar los sabores amargos o desagradables.
- Evitar preparar comidas con olores fuertes, estos pueden fomentar las náuseas.
- Enjuagar la boca antes de comer con bicarbonato, esto ayudará con el sabor.
Recomendaciones para prevenir y combatir la malnutrición en pacientes oncológicos
Esta serie general de consejos se debe mantener antes, durante y después del tratamiento, algunos de ellos solo mientras se perciban síntomas pero siempre en base a la situación clínica de cada paciente. Otros pueden marcar cierta diferencia para la correcta asimilación de los alimentos y procurar la correcta nutrición en el paciente oncológico pero siempre tras una valoración clínica realizada por un médico experto en nutrición oncológica, en nuestra clínica lo realiza la Dra. Nuria Ugarte, quien nos aportará las pautas que cada persona debe de seguir. Como norma general podemos comentar:
- Comer en espacios tranquilos.
- Masticar correctamente los alimentos y despacio, para que sean más fáciles de digerir.
- Mantener una buena postura al comer.
- Ingerir 6 comidas al día, mantener un horario flexible con ellas pero procurar que sean las 6 porciones diarias.
- Realizar ejercicio leve con el fin de fomentar el apetito y mejorar su calidad de vida.
- Preparar alimentos que resulten apetecibles para el paciente sin que sean irritantes o perjudiciales.
- Alimentos frescos y nutritivos. Dieta enriquecida con verduras y frutas y supervisada por un profesional experto en nutrición oncológica para que la ingesta nutricional sea la correcta.
- Evitar comidas con sabores fuertes, calientes, fríos o con mucha grasa.
En nuestra clínica Dra. Nuria Ugarte tras la valoración del paciente y la realización de una historia clínica, personalizamos cada uno de nuestros tratamientos de forma individualizada. El comienzo del tratamiento se realiza con determinados estudios y valoraciones para poder centrar el tratamiento de forma correcta e individualizada según las necesidades requeridas promoviendo los hábitos saludables tanto a nivel de la nutrición como de la realización de ejercicio físico moderado regularmente entre otros. Todo nuestro equipo multidisciplinar estará centrado en el apoyo, evolución y su seguimiento con el mismo objetivo: mejorar la salud, el bienestar y la calidad de vida del paciente oncológico.